Lo primero, perdón por estar tantos días sin publicar nada, a los que ahí estáis esperando, gracias, hay momentos en la vida que te obligan parar, en estos días pasados sufrí la pérdida de mi abuela, ¿qué tendrán los abuelos? Tan especiales... pero bueno nada de tristezas, hay que quedarse con lo positivo, tuvo unos 95 años llenos de salud y buena calidad de vida, ¿por qué la nombro aquí? Pues porque cuando cocino, bueno cocinaba, mi abuela era la primera persona en probar todo, que hacía un bollo, buela prueba, ¿qué tal?, que hacía un guiso, buela prueba, siempre estaba ahí contenta "catando" mis recetas... ayer hice este pan, y cuando ya frío lo corté para probar, la eché de menos, vacíos inexplicables... en fin, no os quiero poner tristes, tan solo creo que merecía una mención después de probar tantas y tantas recetas antes de ser publicadas, ella era parte de todo lo que hago y soy.
Bueno no me lío más, vamos con la receta de este pan bien rico vienés, una especie de brioche un poco dulce y tierno