En fin, vamos al lío, sustituyendo aquella nata por nata comprada para montar, el resultado no es el mismo pero bueno, a lo mejor es que todo lo que recordamos de la niñez nos parece mejor... son sabores y olores irrecuperables....
2 huevos
180 gr de azúcar
200 ml de nata para montar
Harina (la que admita)
1 vaso de leche
1 sobre de levadura Royal, Potax etc...
1 pizca de sal
Aceite para freírlas
Azúcar glass para adornar (opcional)
También podéis añadir ralladura de limón o un chorrín de anís e incluso canela, ahí ya va en gustos.
PREPARACIÓN
Batimos los huevos ya añadimos el azúcar, revolvemos bien para que quede bien incorporada la azúcar, después vamos introduciendo los demás ingredientes, la nata, la leche, el sal... y por último la harina
Se puede tamizar la harina (opcional)
Vamos mezclando y añadiendo harina, cuando la masa ya no se pegue en la fuente la seguimos trabajando en la mesa
Antes de incorporar la levadura la mezclaremos bien con harina
La masa estará lista cuando no se pegue a las manos.
Y empezaremos a hacer las rosquillas, al freir crecen bastante así que el agujero de en medio que sea bastante grande.
Se puede hacer una pelota y el agujero en el centro o estirarla y unirla (así las hacía mi madre)
Yo alterno, según el humor
Por último ponemos a calentar el aceite para freírlas, el aceite debe de estar bien caliente pero luego le bajaremos el fuego para que se hagan bien por dentro. Si va muy fuerte quemarán por fuera y estarán crudas por dentro.
Pues lista la receta de las rosquillas, otras veces la hago de diferente forma, sin nata y con aceite de girasol, pero estas son las que más me gustan.
Si os animáis a hacerlas ya me contareis.
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