Anda que no hacía tiempo que tenía ganas de compartir esta receta... la cocina tiene muchas formas de alimentar, además del cuerpo, también alimenta sentimientos y recuerdos de épocas, personas o situaciones que ya no se repetirán... los olores nos transportan a la niñez, al anhelo de personas que ya no están y a épocas que marcan la historia y cultura de un país o región... por eso siempre relaciono griñispos con mi buelo Gregorio, cuando se fríen en aceite la cocina se inunda de un olor muy característico que automáticamente me lleva a aquella cocina de casa el chongo en Valle donde mi abuelo ahí estaba en la sartén vuelta y vuelta "churriscándolos" bien para luego comerlos sobre pan ayudándose de la "navaya", recuerdos en forma de fotografía que se quedan grabados para siempre...
Pero antes que nada explicar que los griñispos son el resultado de derretir las untazas "grasa de cerdo" lo que pasa que mi abuelo y en mi casa al tocino frito se le llama griñispos, los cachelos son patatas cocidas que también se les llama capones y este era y es un plato calórico pero muy necesario en aquellos tiempos para desempeñar la labor en el campo, hoy día la vida es mucho más sedentaria, así que una bomba calórica pero como siempre digo, un día es un día...